Una bomba de karma acaba de estallar en el entorno de Cristina Kirchner, y las repercusiones son explosivas. En un giro inesperado en el juicio por la firma del memorándum con Irán, la defensa de la expresidenta se enfrenta a un golpe devastador: Interpol ha decidido que sus exjefes no declararán en el tribunal. Esta decisión, que se considera un duro revés para el kirchnerismo, deja a Cristina más acorralada que nunca.
El exjefe de Interpol, Ronald Noble, era un testigo clave que sostenía que el pacto con Irán no afectaba los pedidos de captura contra los iraníes acusados del atentado a la AMIA. Sin embargo, su ausencia en el juicio significa que la estrategia de defensa del kirchnerismo se desmorona, justo cuando más la necesitaban. La declaración de Noble podría haber respaldado la narrativa del kirchnerismo, pero ahora se enfrenta a un vacío que podría cambiar el rumbo del caso.
La noticia llega en un momento crítico, ya que Cristina Kirchner ya se encuentra bajo arresto domiciliario por otros cargos de corrupción. Este nuevo revés podría ser solo la punta del iceberg, ya que múltiples juicios están por comenzar, y las implicaciones de este caso podrían destapar uno de los episodios más oscuros de la democracia argentina.
La situación es tensa y las reacciones no se han hecho esperar. La defensa de Kirchner está en crisis, y la posibilidad de que la justicia finalmente haga su trabajo se vuelve más real. Mientras tanto, el eco de la muerte del fiscal Alberto Nisman resuena con más fuerza que nunca, y la sociedad argentina se prepara para lo que podría ser un desenlace impactante en este largo y turbio capítulo. Manténganse atentos, porque este drama político apenas comienza.