A sus 73 años, Ernesto Zedillo FINALMENTE admite lo que sospechábamos desde hace tiempo.

En un giro impactante que ha sacudido la esfera política mexicana, Ernesto Zedillo, ex presidente de México, ha revelado en una reciente entrevista que ha cargado durante años con un profundo sentido de tristeza y culpa por su gestión durante uno de los periodos más turbulentos de la historia del país. A sus 73 años, Zedillo finalmente admite lo que muchos sospechaban: su incapacidad para proteger a la población mexicana de las crisis económicas y sociales que marcaron su presidencia.

Nacido en la Ciudad de México y forjado por la adversidad, Zedillo asumió el poder en 1994 en medio del devastador “efecto tequila”, una crisis económica que dejó a millones sin empleo y sumió al país en un caos financiero. Su intento por distanciarse de las políticas de su predecesor, Carlos Salinas de Gortari, fue en vano, ya que la devaluación del peso y el estallido del conflicto zapatista en Chiapas lo dejaron expuesto a críticas feroces.

Durante años, Zedillo ha enfrentado el peso de las decisiones difíciles que tomó, incluida la devaluación del peso, una medida que muchos mexicanos vieron como una traición. “No hice lo suficiente”, confiesa, reflejando un dolor personal que ha marcado su vida y carrera. Sus lágrimas, según sus propias palabras, no solo provienen de los fracasos políticos, sino también de un profundo trauma personal que lo ha acompañado.

A pesar de sus logros significativos, como la implementación de reformas democráticas y el establecimiento de Progresa, un programa que ha ayudado a reducir la pobreza extrema, la sombra de su legado sigue siendo objeto de debate. Con un país dividido y una memoria colectiva que aún duele, Zedillo se enfrenta a un futuro incierto, cargando con el peso de su historia y las decisiones que definieron su presidencia. ¿Podrá encontrar la redención en sus propias palabras, o su legado quedará marcado por la tristeza y la culpa? La respuesta sigue siendo un enigma en el panorama político mexicano.