En un giro impactante de los acontecimientos, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado a Venezuela en estado de shock al insinuar la posibilidad de una acción militar contra el régimen de Nicolás Maduro. Durante una reciente declaración en Nueva Jersey, Trump afirmó: “Veremos qué pasa”, refiriéndose a un posible ataque en territorio venezolano, lo que ha encendido alarmas en toda la región.
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha escalado dramáticamente, con el despliegue de ocho buques de guerra y un submarino estadounidense en el Caribe. Este despliegue militar se intensificó tras la reciente operación que resultó en el hundimiento de un barco cargado de cocaína proveniente de Venezuela, dejando tres muertos, a quienes Trump calificó como “narcoterroristas”. Este es el segundo ataque en menos de dos semanas, lo que subraya la creciente urgencia de la situación.
Edmundo González Urrutia, líder opositor venezolano, ha hecho un llamado a la acción inmediata, advirtiendo que “algo tiene que ocurrir pronto”. Con miles de efectivos estadounidenses ya en la región, el riesgo de un conflicto directo se vuelve cada vez más palpable. La Armada estadounidense está lista para actuar, y la inteligencia norteamericana ha identificado núcleos del narcotráfico en Venezuela, lo que podría desencadenar un ataque sorpresivo en cualquier momento.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrolla esta crisis. La disparidad militar entre Estados Unidos y Venezuela es abismal, lo que deja a Maduro en una posición extremadamente vulnerable. La situación se agrava a cada minuto, y la posibilidad de una intervención militar directa por parte de Estados Unidos se convierte en una realidad inquietante. La pregunta que todos se hacen es: ¿qué pasará a continuación en esta peligrosa partida de ajedrez geopolítico?