“La Gran Muralla” (2016), dirigida por Zhang Yimou, es una película de acción y fantasía visualmente impactante ambientada en la antigua China. Con Matt Damon, la película fusiona la mitología china con elementos de acción de Hollywood, creando una distintiva mezcla de épica histórica y película de monstruos.
La narrativa sigue a William (Matt Damon) y Tovar (Pedro Pascal), dos mercenarios europeos en busca de pólvora en China. Su viaje los lleva a la Gran Muralla, donde son detenidos por la enigmática Orden Sin Nombre, una facción militar que protege la muralla contra una amenaza críptica. Esta amenaza se materializa como un ejército de criaturas monstruosas con forma de lagarto llamadas Taotie, que emergen cada seis décadas para causar estragos en la humanidad. Entrenados durante años para combatir a estos seres, la Orden Sin Nombre recluta a William en su lucha por la supervivencia.
Un tema central de la película es el choque de culturas y la iluminación final que surge de la colaboración. William, que inicialmente era un extraño que sólo buscaba su propio beneficio, gradualmente va asimilando las virtudes de la lealtad, el honor y el trabajo en equipo de la Orden Sin Nombre. Su transformación encuentra resonancia en su vínculo en desarrollo con el comandante Lin Mae (Jing Tian), un formidable guerrero que encabeza la resistencia contra los Taotie. Juntos, idean estrategias para enfrentarse a la Reina Taotie, que comanda la horda.
Visualmente, “La Gran Muralla” es un espectáculo, con esquemas de colores intensos y secuencias de batalla intrincadas. La estética distintiva de Zhang Yimou es evidente en las formaciones estilizadas y la armadura vibrante de la Orden Sin Nombre. Sin embargo, la película obtuvo críticas mixtas, con algunos elogiando su acción y sus efectos visuales, mientras que otros criticaron su trama delgada y el desarrollo superficial de los personajes. A pesar de las opiniones divididas, “La Gran Muralla” sigue siendo una exploración audaz de la colaboración Este-Oeste, ofreciendo una reinterpretación impulsada por la fantasía de uno de los monumentos más famosos del mundo.
La narrativa sigue a William (Matt Damon) y Tovar (Pedro Pascal), dos mercenarios europeos en busca de pólvora en China. Su viaje los lleva a la Gran Muralla, donde son detenidos por la enigmática Orden Sin Nombre, una facción militar que protege la muralla contra una amenaza críptica. Esta amenaza se materializa como un ejército de criaturas monstruosas con forma de lagarto llamadas Taotie, que emergen cada seis décadas para causar estragos en la humanidad. Entrenados durante años para combatir a estos seres, la Orden Sin Nombre recluta a William en su lucha por la supervivencia.
Un tema central de la película es el choque de culturas y la iluminación final que surge de la colaboración. William, que inicialmente era un extraño que sólo buscaba su propio beneficio, gradualmente va asimilando las virtudes de la lealtad, el honor y el trabajo en equipo de la Orden Sin Nombre. Su transformación encuentra resonancia en su vínculo en desarrollo con el comandante Lin Mae (Jing Tian), un formidable guerrero que encabeza la resistencia contra los Taotie. Juntos, idean estrategias para enfrentarse a la Reina Taotie, que comanda la horda.
Visualmente, “La Gran Muralla” es un espectáculo, con esquemas de colores intensos y secuencias de batalla intrincadas. La estética distintiva de Zhang Yimou es evidente en las formaciones estilizadas y la armadura vibrante de la Orden Sin Nombre. Sin embargo, la película obtuvo críticas mixtas, con algunos elogiando su acción y sus efectos visuales, mientras que otros criticaron su trama delgada y el desarrollo superficial de los personajes. A pesar de las opiniones divididas, “La Gran Muralla” sigue siendo una exploración audaz de la colaboración Este-Oeste, ofreciendo una reinterpretación impulsada por la fantasía de uno de los monumentos más famosos del mundo.