Yolanda Lievana, una de las figuras más queridas del entretenimiento mexicano, está a punto de cumplir 80 años, pero su vida actual contrasta profundamente con la brillante carrera que tuvo en las décadas de 1970 y 1980. Nacida el 1 de septiembre de 1948 en la Ciudad de México, Yolanda mostró desde joven un talento innato para las artes, convirtiéndose en actriz, cantante y bailarina. A lo largo de su carrera, dejó huella en la televisión, el cine y el teatro, destacándose por su carisma y versatilidad.
En sus inicios, Yolanda enfrentó grandes desafíos personales, incluyendo la muerte de su padre cuando ella era solo una adolescente. A pesar de estas dificultades, su determinación la llevó a trabajar en diversos empleos antes de lograr su sueño en el mundo del entretenimiento. A finales de los 60, comenzó a destacar en programas de televisión y fotonovelas, consagrándose como una estrella en ascenso. Su participación en eventos como el Festival OTI y su trabajo como conductora la catapultaron a la fama.
Sin embargo, tras años de éxito, Yolanda decidió retirarse de la vida pública en la década de 1980 para centrarse en su familia. Se casó y tuvo una hija, disfrutando de una vida más tranquila. Después de más de 20 años, hizo un regreso al escenario en 2004, pero su tiempo en el ojo público ha sido limitado desde entonces.
Hoy, reside en Mérida, Yucatán, donde lleva una vida más tranquila, dedicada a sus pasatiempos y disfrutando de la serenidad del campo. Aunque su presencia en los medios ha disminuido, su legado en el entretenimiento mexicano perdura. A pesar de los años y los desafíos, la historia de Yolanda es un reflejo de resiliencia y pasión, recordándonos el impacto que tuvo en la cultura popular de México.