Marzo de 2025 fue un mes trágico para el mundo del entretenimiento en México, con la pérdida de destacados artistas que no alcanzaron la atención mediática que merecían. Entre ellos, Flor Procuna, icónica villana de telenovelas, falleció el 1 de marzo a los 72 años, dejando un vacío en la memoria colectiva. Reconocida por su papel como Irma Ramos en “Los ricos también lloran”, su legado perdurará en la historia del melodrama mexicano.
El 2 de marzo, la comunidad de la radio lamentó la muerte de Óscar Millán Santiago, conocido como “el niño mix”. Con 52 años y más de tres décadas de carrera, su voz resonó en múltiples estaciones, aunque sus últimos días estuvieron rodeados de rumores sobre su salud. Al día siguiente, el cuadrilátero perdió a una leyenda: Ciclón Ramírez, quien marcó una época en la lucha libre mexicana. Su fallecimiento a los 60 años generó inquietud, ya que había estado activo poco antes de su partida.
El 15 de marzo, el músico Joel Jauregi, pionero del “Food Rock”, falleció tras una larga batalla contra problemas de salud. Su música, que unía el fútbol y el rock, dejó una huella imborrable en la cultura popular. A finales de marzo, se conocieron otros decesos significativos, como el del periodista Joaquín Álvarez Ordóñez, quien, a sus 93 años, dejó un legado de valentía y compromiso con la verdad.
La tragedia continuó con la muerte de Valeria Mireles, una influencer de solo 20 años, en un accidente automovilístico, y el vocalista Adalberto “Beto” Terrazas, quien luchó contra el cáncer hasta su fallecimiento. Las ausencias de estos artistas, aunque no siempre reconocidas, nos recuerdan el impacto que tuvieron en la cultura mexicana y el vacío que dejan en sus respectivas disciplinas.