Desde hace más de 27 años, Gebel ha sido una figura central en la vida religiosa, desafiando normas y estructuras tradicionales. Sin embargo, en las últimas semanas, su estilo carismático y su enfoque innovador han sido objeto de fervientes críticas, acusándolo de diluir la doctrina cristiana en un espectáculo más cercano al entretenimiento que a la enseñanza bíblica. Mientras algunos aplauden su capacidad de conectar con las nuevas generaciones, otros ven en su evolución un peligro para la esencia del cristianismo.