En Furia de titanes (2025), la saga épica de dioses y mortales continúa con Perseo (Sam Worthington) de regreso a un mundo de mitos y guerra. Años después de su batalla contra el Kraken, Perseo se retiró a una vida tranquila con su hijo, pero la paz no dura mucho. Cuando una antigua profecía predice el despertar de un Titán dormido durante mucho tiempo, los dioses una vez más invocan a Perseo para evitar la destrucción tanto de la humanidad como del Olimpo.
El Titán en cuestión es Typhon, el padre de los monstruos, encarcelado en las profundidades de la tierra. Hades (Ralph Fiennes) y Poseidón (Danny Huston) advierten que la liberación de Tifón desencadenaría una nueva guerra entre dioses y titanes, pero Zeus (Liam Neeson), debilitado tras la traición de sus compañeros dioses, no puede librar esta batalla solo.
De mala gana, Perseo se embarca en un peligroso viaje al inframundo para recuperar un arma forjada por los dioses, lo suficientemente poderosa como para derrotar a Tifón. Junto a él están Andrómeda (Rosamund Pike) y Agenor (Toby Kebbell), así como un joven guerrero llamado Theron (Terrance Lau), cuyas motivaciones aún no están claras.
La tensión de la película alcanza su clímax cuando Perseo se enfrenta a Tifón, una criatura monstruosa de tamaño y poder inimaginables. Mientras Zeus libra su propia batalla para recuperar su fuerza, Perseo debe recurrir a sus instintos mortales y a la magia olvidada de los dioses para tener una oportunidad.
En un giro impactante, Theron traiciona a Perseo, revelándose como un agente del caos, que trabaja para lograr el regreso de los Titanes. La película termina en un suspenso, cuando Zeus se sacrifica para encarcelar a Tifón, pero al hacerlo, deja al Olimpo vulnerable a una amenaza nueva, aún mayor: el surgimiento de las deidades primordiales.