La vida de Enriqueta “Queta” Jiménez, conocida como “La Prieta Linda”, es un testimonio de talento, amor y tragedia en el rico panorama de la música y el cine mexicano. Nacida el 4 de julio de 1933 en Salamanca, Guanajuato, Queta creció en un entorno familiar donde la música era un pilar fundamental. Como hermana menor de la famosa cantante Flor Silvestre, desde pequeña mostró un amor innato por el canto, debutando oficialmente a los 14 años y alcanzando la fama junto al renombrado Mariachi Vargas de Tecalitlán.
A lo largo de su carrera, Queta no solo se destacó como cantante, sino que también incursionó en el cine, participando en numerosas películas que combinaban su pasión por la música y la actuación. Su vínculo con Juan Gabriel, uno de los más grandes íconos de la música mexicana, fue particularmente significativo. Ella fue la primera en creer en su talento y lo ayudó en momentos críticos, incluso sacándolo de la cárcel, lo que cimentó una amistad que perduró a lo largo de los años.
Sin embargo, la vida de Queta estuvo marcada por la tragedia. Tras el fallecimiento de su amado amigo Juan Gabriel en 2016, su mundo se tornó gris. Queta Jiménez falleció el 21 de septiembre de 2021, a los 99 años, dejando un legado musical que abarca más de 50 álbumes y una profunda huella en la cultura mexicana. Su familia, unida y solidaria, confirmó que no habría disputas por su herencia, destacando los valores que Queta y su esposo inculcaron en sus tres hijas.
La historia de “La Prieta Linda” es un recordatorio de la belleza y complejidad de la vida, donde el amor y la música se entrelazan, dejando un legado que sigue resonando en el corazón de quienes la conocieron y admiraron su arte. En su memoria, su familia y seguidores continúan celebrando su contribución al mundo del entretenimiento, asegurando que su espíritu perdure en cada nota de su música.