La controversia en torno al divorcio de Daddy Yankee y su esposa, Mireddy González, ha alcanzado un nuevo nivel, generando un intenso debate en las redes sociales. El reguetonero, conocido como el “Big Boss”, está en medio de una batalla legal tras acusar a su ex esposa de intentar transferir 100 millones de dólares de su empresa, Cartel Records, a cuentas personales sin autorización. Esta demanda ha desatado especulaciones sobre la lealtad y la sinceridad en su relación.
Desde que surgieron rumores de infidelidad, en los que se señala al artista por haber engañado a su esposa con la modelo colombiana Jessica Cediel, la situación se ha vuelto aún más complicada. Aunque las únicas pruebas hasta ahora son fotos de Daddy Yankee y Cediel en eventos benéficos, la falta de desmentidos por parte de ambos ha alimentado el escándalo. Mireddy ha respondido a las acusaciones pidiendo el 50% de la fortuna acumulada durante sus casi 30 años de matrimonio, una cifra que muchos consideran desmesurada.
En medio de esta tormenta mediática, Mireddy ha sido criticada por su decisión de solicitar el divorcio justo cuando Daddy Yankee parece haber encontrado un nuevo camino espiritual. Sin embargo, su postura ha resonado con muchos internautas que apoyan su derecho a reclamar lo que considera justo tras años de apoyo incondicional.
La situación se complica aún más con la aparición del ex mánager de Daddy Yankee, quien ha insinuado que el artista no es tan sincero como aparenta, sugiriendo que su búsqueda de la fe podría ser más un interés personal que una verdadera conversión.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, los seguidores de ambos lados se preguntan quién es realmente la víctima en esta historia. La controversia no solo pone en tela de juicio la lealtad de Daddy Yankee, sino que también plantea preguntas sobre el valor de la fidelidad y el respeto en una relación que ha sido pública y tumultuosa. La resolución de este conflicto podría tener implicaciones significativas tanto para su carrera como para su vida personal.