Sasha Montenegro, la controvertida actriz y esposa del expresidente mexicano José López Portillo, falleció hace un año, dejando tras de sí un legado marcado por escándalos y controversias. Nacida como Alexandra Simovic Popovic en Italia y criada en Argentina, Montenegro se convirtió en un ícono del cine mexicano. Su relación con López Portillo, quien gobernó México entre 1976 y 1982, fue objeto de especulaciones y rumores desde su inicio, alimentados por el secreto que envolvía su romance debido al matrimonio del presidente con la primera dama Carmen Romano.
Montenegro, quien comenzó su carrera en el cine de ficheras, atrajo la atención de López Portillo en una época en que las actrices eran frecuentemente objeto de interés por parte de políticos y empresarios. Aunque su relación fue inicialmente clandestina, se convirtió en un tema de conversación pública, especialmente tras el embarazo de la actriz en 1984, que reveló la paternidad de López Portillo, provocando un escándalo mediático.
Con el tiempo, su matrimonio se formalizó, pero estuvo rodeado de acusaciones de maltrato y manipulación de la política. Se alegó que Montenegro había golpeado a López Portillo en sus últimos años, lo que generó indignación entre quienes aún respetaban su figura. A pesar de las críticas y los conflictos familiares, Montenegro mantuvo su posición, incluso enfrentándose a la familia del exmandatario tras su fallecimiento en 2004.
Después de su muerte, surgieron controversias sobre su herencia, con la familia de López Portillo intentando anular su matrimonio religioso para evitar que Montenegro reclamara bienes. La historia de Sasha Montenegro es un recordatorio de las complejas relaciones de poder en México y de cómo el amor, el dinero y la política pueden entrelazarse de maneras inesperadas. Con su fallecimiento, muchas preguntas sobre su vida y su relación con el exmandatario quedan sin respuesta, mientras su legado sigue generando debate.