A sus 75 años, Wilfrido Vargas rompe el silencio sobre Rubby Pérez, el icónico cantante de merengue fallecido en un trágico accidente que ha conmovido a toda Latinoamérica. En una reveladora confesión, Vargas destapa secretos y tensiones que marcaron la relación entre ambos, justo cuando el legado de Pérez resuena más que nunca.
La muerte de Rubby Pérez no solo ha dejado a la República Dominicana en duelo, sino que ha reabierto viejas heridas sobre su carrera. Vargas narra cómo, en un momento crítico de la vida de Pérez, este fue expulsado de su orquesta en diciembre de 1985, un suceso que casi acaba con su carrera. Una simple frase de Vargas —“si quieres irte, vete, pero no regreses”— puso a Rubby al borde del abismo. Con cuatro hijos y sin trabajo, Pérez se enfrentó a la incertidumbre, pero una llamada inesperada a las tres de la mañana le devolvió la esperanza: bienvenido Rodríguez, presidente de Karen Records, le ofreció una oportunidad que cambiaría su destino.
El tema “Volveré”, inicialmente rechazado por otros, se convirtió en el himno de su renacer. Vargas, inicialmente escéptico, finalmente se dio cuenta del potencial de la interpretación de Rubby, quien lo cantó con una intensidad y sentimiento que lo catapultaron a la fama. En cuestión de días, “Volveré” se volvió un fenómeno que cruzó fronteras y marcó una era en la música latina.
Hoy, tras la partida de Rubby, Wilfrido Vargas se siente obligado a compartir esta cruda y conmovedora historia. Su relato no solo es un homenaje, sino una mirada profunda a la lucha, la redención y la gloria detrás del merengue. La voz de Rubby Pérez, aunque silenciada, seguirá resonando en cada rincón donde su música hizo vibrar corazones.