**EL ÚLTIMO BAILE DE RUBBY PÉREZ: LA TRAGEDIA DE JET SET**
En una noche que prometía ser memorable, el destino cambió drásticamente para cientos de asistentes al concierto de Rubby Pérez en la discoteca Jet Set, cuando el techo colapsó, dejando un saldo trágico de al menos 66 personas fallecidas y numerosas heridas. Este devastador incidente ocurrió el sábado 7 de abril, en medio de una celebración que se tornó en caos y desesperación.
Testigos relatan que, a las 11 de la noche, la fiesta estaba en su apogeo. Rubby Pérez, conocido como la “voz más alta del merengue”, había comenzado a cantar, llenando el ambiente de alegría y euforia. Sin embargo, minutos antes del colapso, los asistentes comenzaron a notar desprendimientos de material del techo, lo que generó confusión y preocupación.
Aproximadamente a las 11:30 p.m., y en medio de la música, el techo cedió, provocando una nube de polvo y escombros que sepultó a muchos dentro del local. Los gritos de terror resonaron mientras los presentes intentaban encontrar una salida entre el desespero. Testigos describen escenas desgarradoras de personas atrapadas y heridas, clamando por ayuda.
Los esfuerzos de rescate comenzaron de inmediato, con ambulancias llegando al lugar en cuestión de minutos. Sin embargo, la magnitud de la tragedia fue abrumadora. A pesar de los esfuerzos heroicos de los primeros respondedores y los vecinos que llegaron para auxiliar, muchos cuerpos aún permanecen atrapados bajo los escombros. Las autoridades estiman que más de 400 personas se encontraban en el establecimiento al momento del incidente.
El presidente de la República, Luis Abinader, se hizo presente en la escena, prometiendo que no cesarían hasta rescatar a cada persona atrapada. La conmoción se extiende por todo el país mientras la comunidad llora a sus muertos y espera respuestas sobre las causas de esta tragedia. Las investigaciones preliminares sugieren que la estructura, construida hace más de 50 años, presentaba serias deficiencias de seguridad.
Este trágico evento marca un oscuro capítulo en la historia de la música y la vida nocturna en República Dominicana, dejando un legado de dolor y la urgente necesidad de revisar las normativas de seguridad en espacios de entretenimiento.