**El enfermero del Papa Francisco revela lo que las cámaras no muestran**
En una conmovedora revelación desde el Hospital Gemeli de Roma, Massimiliano Strapetti, el enfermero personal del Papa Francisco, ha compartido detalles íntimos y emotivos sobre los últimos momentos de vida del Pontífice, momentos que las cámaras no capturaron. Strapetti, con una experiencia de más de tres décadas cuidando a papas, ha narrado cómo, en sus últimos días, la conexión entre él y Francisco trascendió el ámbito profesional, convirtiéndose en una profunda amistad construida sobre la confianza y la compasión.
La mañana del 21 de abril de 2025 empezó como cualquier otra, pero en la habitación del Papa, un cambio vital estaba por suceder. A las 5:30, mientras el Pontífice yacía visiblemente debilitado tras una larga lucha contra la neumonía, sus ojos aún brillaban con lucidez. Strapetti, a su lado, notó un cambio sutil en la respiración del Papa que lo llevó a actuar rápidamente. En un momento de profundo significado, Francisco, con voz entrecortada, le agradeció: “Tú eres mi ángel guardián, Max”.
Minutos después, Francisco sufrió un derrame cerebral, un momento que se tornó en su despedida. Con un esfuerzo titánico, levantó su mano para un último adiós, un gesto que encapsuló su relación, una conexión humana pura y sincera, alejada de los protocolos papales. Strapetti, con lágrimas en los ojos, le respondió: “Hasta entonces, Santo Padre, descansa en paz”.
La noticia de la muerte del Papa Francisco se propagó rápidamente, conmocionando al mundo y provocando un torrente de homenajes, pero en la soledad de la habitación del hospital, Strapetti permanecía, sosteniendo una pequeña cruz de madera que el Papa le había entregado en sus últimos momentos. La historia de su vínculo resuena como un recordatorio de que, en los momentos finales, lo que realmente importa son las conexiones humanas, la compasión y la gratitud, valores que Francisco vivió hasta su último suspiro.