La trágica muerte de Nelly Montiel, la enigmática novia de Pedro Infante, ha reavivado el interés por los oscuros misterios que rodean a las figuras de la época dorada del cine mexicano. En un giro inesperado de los acontecimientos, la actriz argentina perdió la vida a los 32 años en un accidente automovilístico el 14 de septiembre de 1951, en la carretera entre Iguala y Acapulco. Sin embargo, lo que parecía ser un simple accidente ha generado interrogantes inquietantes.
Nelly, quien había alcanzado la cúspide de su carrera y disfrutaba de un creciente estrellato, viajaba hacia Acapulco cuando su automóvil sufrió múltiples impactos de bala antes de volcarse. Testigos en la escena reportaron la magnitud del daño, lo que ha llevado a especulaciones sobre si su muerte fue realmente un accidente o parte de un juego más oscuro. Las teorías sobre su posible involucramiento en actividades ilícitas, incluyendo contrabando, sólo han añadido más leña al fuego de la controversia.
Su relación con Pedro Infante, el ícono del cine mexicano, ha sido objeto de atención mediática desde sus inicios en 1947. Aunque nunca confirmada oficialmente, su conexión estuvo plagada de rumores que sugieren una relación apasionada y complicada. La prematura muerte de Nelly, justo cuando su carrera despegaba, ha dejado un vacío en la industria y ha intensificado el interés por su legado y los secretos que pudo haber ocultado.
En un giro aún más sorprendente, investigaciones recientes han revelado que sus restos fueron trasladados a Argentina en la década de 1990, un hecho que añade misterio a su ya trágica historia. La pregunta persiste: ¿fue Nelly Montiel víctima de un destino cruel o su vida estuvo marcada por fuerzas más siniestras? La tragedia de Nelly continúa resonando en la memoria colectiva de México, recordándonos la fragilidad de la fama y la vida misma.