Una nueva oleada de violencia entre Israel e Irán ha dejado un saldo devastador: al menos 128 muertos en Irán y 13 en Israel. Este domingo, el gobierno israelí confirmó que más de 200 cohetes fueron lanzados desde Irán, impactando diversas localidades y causando la muerte de tres menores. La situación se ha vuelto crítica, con al menos 380 heridos, de los cuales nueve se encuentran en estado grave. En Batam, un edificio residencial fue destruido, resultando en la muerte de cuatro personas y dejando a la comunidad en estado de shock.
La respuesta israelí ha sido contundente, con ataques aéreos que han destruido aproximadamente 250 objetivos en Irán en solo dos días. La prensa iraní reporta que los bombardeos han dejado a cientos de heridos y una creciente cifra de víctimas. Un funcionario del Golfo ha criticado la agresividad israelí, especialmente tras un ataque a la instalación de gas South Pars, la más grande del mundo, que Irán comparte con Qatar.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha declarado que las operaciones continuarán el tiempo que sea necesario para neutralizar la amenaza nuclear iraní. “Lo que han sentido hasta ahora no es nada comparado con lo que sentirán bajo nuestra fuerza en los próximos días”, advirtió Netanyahu, quien anticipa que la ofensiva se extenderá por semanas. La Casa Blanca, bajo la administración de Donald Trump, ha mostrado una aprobación tácita de estas acciones, sin emitir críticas sobre la duración de la operación.
La tensión en la región se intensifica a medida que ambos países se preparan para una escalada aún mayor. La comunidad internacional observa con creciente preocupación, mientras las sirenas de alarma resuenan en ambos lados de la frontera. La situación es crítica y se desarrolla en tiempo real.