A los 71 años, Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, deja un legado profundamente contradictorio al concluir su mandato como presidente de México. Desde su llegada al poder en 2018, prometió erradicar la corrupción y transformar el país, pero su gestión ha sido marcada por divisiones y controversias que han dejado a México más polarizado que nunca.
Al asumir la presidencia, AMLO representaba la esperanza de millones de mexicanos cansados de un sistema corrupto. Sin embargo, seis años después, su administración ha estado plagada de escándalos que han puesto en duda su imagen de líder incorruptible. Desde acusaciones de corrupción que involucran a su familia hasta una gestión de la pandemia que ha sido severamente criticada, su legado es un reflejo de las tensiones que han caracterizado su gobierno.
A lo largo de su mandato, AMLO implementó programas sociales que beneficiaron a millones, pero su enfoque en la política de “abrazos, no balazos” ante la violencia del narcotráfico ha suscitado un intenso debate. Mientras sus seguidores lo ven como un defensor de los pobres, sus detractores argumentan que su estrategia ha sido ineficaz, dejando a México con altos índices de homicidio y una creciente inseguridad.
Con el final de su mandato en 2024, la pregunta que persiste es: ¿qué legado realmente deja AMLO? Su historia es un recordatorio de cómo el poder puede transformar a un líder, incluso a aquellos que llegan con las mejores intenciones. Mientras México enfrenta un futuro incierto, el impacto de su presidencia seguirá resonando en la política y la sociedad del país.
A medida que AMLO se aleja del poder, el país observa ansiosamente su próximo movimiento. ¿Seguirá influyendo en la política mexicana desde las sombras, o se retirará para dejar que otros tomen el relevo? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es indiscutible es que su tiempo como presidente ha dejado una huella imborrable en la historia de México.