El mundo político de México se estremece ante la revelación de un oscuro capítulo en la vida del expresidente Enrique Peña Nieto, marcado por la trágica muerte de su primera esposa, Mónica Pretelini. En un giro inesperado, la diputada María Elena Pérez de Tejada ha solicitado una investigación formal, alegando que Mónica temía por su vida meses antes de su fallecimiento en 2007. La versión oficial habla de causas naturales, pero la sombra de la sospecha se cierne sobre Peña Nieto, quien se encontraba en el auge de su carrera política.
La muerte de Pretelini, ocurrida en su hogar de Toluca, fue presentada como un triste accidente, pero las dudas persisten. La diputada ha afirmado que Mónica le confió su miedo a las infidelidades de Peña, sugiriendo que su vida estaba en peligro. Mientras tanto, el expresidente, que ha enfrentado múltiples escándalos a lo largo de su carrera, se ha visto obligado a lidiar con un pasado lleno de secretos y traiciones.
Los ecos de la tragedia resuenan aún más tras una reciente entrevista con el periodista Jorge Ramos, donde Peña mostró un evidente nerviosismo al abordar la muerte de su esposa. Sus respuestas confusas han avivado las llamas de la especulación, dejando a la opinión pública cuestionándose: ¿qué oculta realmente el exmandatario?
A medida que las investigaciones y las acusaciones se multiplican, la figura de Peña Nieto se convierte en un símbolo de un sistema que, según muchos, protege a los poderosos a expensas de la verdad. La muerte de Mónica Pretelini, lejos de ser un capítulo cerrado, se transforma en un rompecabezas inquietante que podría desentrañar oscuros secretos de un hombre que ha sabido navegar entre el poder y la controversia. La presión aumenta y México observa con atención: ¿saldrá a la luz la verdad que ha permanecido oculta durante tanto tiempo?