La congresista, conocida por su estilo directo, no dudó en calificar a Trump como un supremaquista blanco, apoyándose en estadísticas que destacan que aproximadamente el 80% de los crímenes violentos en Estados Unidos son cometidos por individuos con ideologías similares. Este comentario resonó en un contexto donde las tensiones raciales son un tema candente, evidenciando la hipocresía de quienes intentan criminalizar a ciertos grupos mientras ignoran esta realidad.